El auge de las carnes vegetales ha revolucionado la industria alimentaria al ofrecer una alternativa atractiva para quienes quieren reducir el consumo de carne de origen animal sin renunciar al sabor ni a la textura. Sabemos que reducir el consumo de carne roja y procesada puede ayudar a disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, pero ¿qué ocurre cuando se sustituye por carnes vegetales ultraprocesadas? Un nuevo estudio publicado este mes en The American Journal of Clinical Nutrition analiza cómo influye el reemplazo de la carne por alternativas vegetales en indicadores de salud cardiometabólica, como el colesterol, el peso y la presión arterial.

Los investigadores realizaron una revisión sistemática y un metaanálisis en los que seleccionaron ensayos clínicos aleatorizados que evaluaron los efectos del consumo de alternativas vegetales a la carne en comparación con la carne de origen animal. El análisis se realizó con datos de 369 adultos (el 60% mujeres) con edades comprendidas entre los 24 y los 61 años, sin enfermedades cardiovasculares preexistentes.

Los estudios incluidos medían indicadores clave de salud cardiometabólica como el colesterol total, el colesterol LDL (el llamado colesterol “malo»), la presión arterial, la glucosa en ayunas y el peso corporal. Se realizaron análisis de sensibilidad para evaluar la robustez de los resultados, especialmente en el caso de las alternativas basadas en micoproteínas, que han demostrado tener beneficios adicionales.

El análisis reveló que sustituir la carne por alternativas vegetales durante 8 semanas tuvo efectos positivos en varios factores de riesgo cardiovascular (figura 1):

-Disminución del colesterol LDL en un 12%

-Reducción del colesterol total en un 6%

-Pérdida de peso de aproximadamente 1 kg

Estos cambios pueden contribuir significativamente a la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares a largo plazo. Los productos basados en micoproteínas (hongos) mostraron un efecto aún más pronunciado en la reducción del colesterol, lo que los convierte en una opción interesante para quienes buscan mejorar su perfil lipídico. No se observaron cambios significativos en los niveles de glucosa, triglicéridos o presión arterial, lo que sugiere que el impacto de las carnes vegetales en estos parámetros requiere más investigación a largo plazo.

Figura 1

Figura 1. Diferencias de medias agrupadas para el efecto de las alternativas cárnicas vegetales en comparación con los grupos de control sobre los resultados de salud cardiometabólica en adultos. Los valores se derivan de metanálisis de las MD no estandarizadas entre grupos. El cuadrado azul significa MD significativas y el cuadrado azul claro, MD no significativas. CON: grupo de control; INT: grupo de intervención; MD: diferencia de medias.

Los beneficios observados en el estudio pueden atribuirse a la composición nutricional de las alternativas vegetales a la carne, que generalmente contienen:

-Menos grasas saturadas que la carne tradicional

-Más fibra dietética

-Proteínas vegetales de alta calidad

-No contienen colesterol

Figura 2

Figura 2. Las alternativas vegetales a la carne (PBMA, Plant-Based Meat Alternatives en inglés) tienen un perfil nutricional más cardioprotector y se ha demostrado que mejoran los factores de riesgo cardiovascular en comparación con la carne. Crédito: Dr. Matthew Nagra et al., Can J Cardiol. 2024.

Mensaje clave: Las alternativas vegetales a la carne pueden complementar una dieta vegetal rica en cereales integrales, legumbres, frutas, verduras, semillas y frutos secos, y ayudar a reducir el consumo de carne, un factor de riesgo cardiovascular bien documentado. Esta estrategia no solo puede facilitar la transición hacia una alimentación más saludable y sostenible, sino que también puede mejorar la salud cardiometabólica. Es importante destacar que no todas las carnes vegetales son iguales, por lo que es fundamental revisar su composición nutricional y optar por aquellas que contengan menos sodio y grasas saturadas.