¿POR QUÉ LOS DIETISTAS-NUTRICIONISTAS DEBEMOS PROMOVER LA ALIMENTACIÓN VEGETAL?
El compromiso ético del dietista-nutricionista
La salud y el bienestar tanto de la población como del planeta son objetivos centrales para cualquier profesional de la salud. En este contexto, los Dietistas-Nutricionistas (D-N) desempeñan un papel crucial en la promoción de hábitos alimentarios saludables, seguros y sostenibles. El código deontológico de la profesión de D-N establece que se debe proporcionar información suficiente y adecuada para que las personas puedan tomar sus propias decisiones informadas.(1) En este sentido, las últimas evidencias científicas respaldan una alimentación vegetal bien planificada y con una amplia variedad de frutas, verduras, setas, legumbres, cereales integrales, frutos secos y semillas, como la que más potencial tiene para mantener o restaurar la salud y reducir el riesgo de enfermedades crónicas. Los estudios muestran que una dieta basada en plantas saludable se asocia de manera significativa con un menor riesgo de padecer enfermedades del sistema circulatorio (2–5), diabetes (6–8), cáncer (9–12), obesidad (13–16), enfermedades respiratorias (17,18), renales (19), demencia (20,21) y mortalidad (9,22–24). Es responsabilidad ética de los D-N compartir con sus pacientes los beneficios específicos de una alimentación vegetal, dejando de lado cualquier prejuicio sobre su disposición al cambio. Cada persona merece acceder a la mejor información disponible para poder tomar decisiones que les permitan mejorar su bienestar de manera autónoma, eligiendo el camino y el ritmo que más se ajuste a sus circunstancias.
La alimentación actual en España está lejos del patrón tradicional saludable
En España, la dieta mediterránea se considera el modelo de alimentación ideal y más beneficioso para la salud. Sin embargo, el consumo real actual dista mucho de este patrón tradicional. Según el Informe de Consumo Alimentario de 2023, el español promedio consume más del doble de la cantidad máxima de carne roja permitida por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, mientras que el consumo de legumbres y hortalizas no alcanza ni un tercio de lo mínimo recomendado.(25,26) Vivir en el área del Mediterráneo no garantiza, por sí solo, una alimentación mediterránea ni saludable.
Además, los estudios indican que los alimentos de origen vegetal son los principales responsables de los efectos positivos asociados a la dieta mediterránea. El estudio «Prevención con Dieta Mediterránea» (PREDIMED), uno de los más influyentes sobre este patrón alimentario y sus beneficios, encontró una menor mortalidad solo después de analizar los datos con un índice pro-vegetariano y en participantes que consumían una mayor proporción de alimentos vegetales.(27) De hecho, la mayoría de los estudios que miden la adherencia a la dieta mediterránea otorgan puntos positivos por el consumo elevado de vegetales, legumbres, frutas, frutos secos, cereales integrales y grasas mono- y poliinsaturadas, y puntos negativos por el consumo excesivo de carne y lácteos.(28)
Hace siglos, Hipócrates ya intuía que la comida podía ser nuestra medicina. En la actualidad, un gran número de estudios ha confirmado los beneficios de los alimentos vegetales para la salud. Si hay un componente de la dieta que podría considerarse un «superfood», este es la fibra, presente exclusivamente en los alimentos de origen vegetal. Los estudios científicos han demostrado una y otra vez la relación entre una mayor ingesta de fibra y la longevidad.(29–33) Por cada aumento de 10 g/día en la ingesta de fibra, se reduce en un 10% el riesgo de mortalidad por todas las causas!(33) Sin embargo, la población española no alcanza ni la mitad de la ingesta mínima diaria.(34) La recomendación habitual de comer “de todo con moderación” no funciona en una era en la que los supermercados están repletos de carnes y alimentos ricos en grasas saturadas, grasas trans, sal y azúcar en cantidades ilimitadas, como nunca antes en la historia de la humanidad. Para alcanzar un patrón dietético sano, debemos promover una nutrición basada en plantas saludable

Figura 1. Consumo dietético de alimentos y nutrientes clave en adultos de 20 años o más en España, comparado con los objetivos mínimos y máximos (37).
La alimentación vegetal como herramienta para prevenir y revertir enfermedades crónicas
Aunque podríamos creer que seguimos una dieta mediterránea, la realidad es que la población en España está adoptando cada vez más un patrón alimentario occidental. Esto se refleja en las enfermedades que padecemos. En España, las principales causas de muerte son las enfermedades del sistema circulatorio y los tumores, al igual que en Estados Unidos, donde predomina la dieta occidental.(35)(36) Según el Informe Global de Nutrición de 2021, las enfermedades relacionadas con la alimentación son responsables de 1 de cada 3 muertes de adultos en Europa.(37) Las muertes prematuras debidas a solo cuatro patologías crónicas (enfermedades cardiovasculares, cánceres, diabetes y enfermedades respiratorias) representan el 68% de todas las muertes prematuras en Europa, pero lo más sorprendente es que el 70% de estas podrían prevenirse adoptando cuatro factores de estilo de vida saludables: una dieta basada en alimentos de origen vegetal, actividad física regular, no fumar y reducir al mínimo el consumo de alcohol.(38)
Estudiar nutrición es mucho más que una carrera, es una vocación de transformar vidas. Mientras los médicos se centran en tratar enfermedades con medicamentos y cirugía, los D-N tienen la capacidad de ir más allá: pueden identificar y abordar las causas de las enfermedades más comunes en sus raíces. No solo podemos prevenirlas, sino también curarlas e incluso revertirlas. Debemos promover una alimentación vegetal saludable, porque es la herramienta más eficaz que tiene un D-N para salvar vidas y mejorar la calidad de vida de nuestra sociedad.


Figura 2. Mortalidad atribuible a la composición de la dieta en España (37).
Referencias:
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