Este mes, los periódicos se llenaron de titulares alarmistas que señalaban a la soja como el nuevo villano de la alimentación pública, tras una polémica recomendación de la agencia sanitaria francesa, ANSES (Agencia de Seguridad Sanitaria de la Alimentación, del Medio Ambiente y del Trabajo). Esta entidad sugirió eliminar progresivamente la soja y sus derivados de los menús de restauración colectiva, como los de escuelas, hospitales y residencias de mayores, debido a su preocupación por los niveles actuales de consumo de isoflavonas. (1)

¿Y qué son las isoflavonas exactamente? Son compuestos naturales presentes en las plantas, siendo la soja y sus derivados, como el tofu, el tempeh, el edamame o las bebidas de soja, fuentes especialmente ricas. Pertenecen al grupo de los fitoestrógenos, sustancias con una estructura química similar a la del estrógeno, una hormona que produce naturalmente el cuerpo humano. Debido a esta similitud estructural, las isoflavonas pueden unirse a los receptores de estrógeno del organismo, es decir, a las partes de nuestras células que responden a dicha hormona. No obstante, su efecto no es idéntico al del estrógeno. Dependiendo del tipo de tejido con el que interactúen, las isoflavonas pueden imitar los efectos del estrógeno o, por el contrario, bloquearlos. 

¿Cómo llegó ANSES a su controvertida recomendación? Para empezar, la agencia definió los valores de referencia toxicológicos (TRVs), es decir, la cantidad máxima de isoflavonas que podría consumirse al día sin representar un riesgo para la salud. El límite establecido es tan bajo que con solo beber un vaso pequeño de 100ml de bebida de soja se superaría cinco veces. Luego, ANSES comparó sus TRVs con los registros dietéticos reales de la población francesa para comprobar si se estaban sobrepasando esos niveles, y efectivamente, concluyó que así era. La conclusión de ANSES es que una exposición frecuente y realista a las isoflavonas de soja podría suponer un riesgo para la salud pública en Francia. Por ello, recomienda que la población francesa (especialmente los grupos vulnerables como los niños antes de la pubertad, las mujeres en edad fértil y las embarazadas) limiten su ingesta diaria de isoflavonas de soja.

Sin embargo, hay importantes consideraciones a tener en cuenta a la hora de interpretar las conclusiones de la agencia francesa:

-Los valores de referencia toxicológicos se basan en estudios con animales, extrapolados para estimar niveles seguros en humanos.

-ANSES utilizó datos procedentes de estudios realizados sobre todo en ratas, pero estos animales metabolizan las isoflavonas de forma muy diferente a los humanos. (2)

-Las dosis de isoflavonas administradas a las ratas son a menudo muy elevadas y no representativas de una dieta humana real.

-Ante la incertidumbre, ANSES adoptó un enfoque de extrema precaución, centrado únicamente en la evaluación de riesgos, sin tener en cuenta los múltiples beneficios para la salud de las isoflavonas.

Hasta la fecha, ninguna otra guía alimentaria oficial a nivel mundial desaconseja el consumo de soja a la población general. De hecho, varios países promueven las proteínas vegetales, incluida la soja, como parte de una dieta saludable. Entre ellos se encuentran Austria, Australia, Canadá, los Países Bajos, el Reino Unido y Estados Unidos. Por su parte, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) evaluó la seguridad del consumo de isoflavonas y concluyó que los datos disponibles en humanos no indican ningún efecto perjudicial derivado de una posible interacción de las isoflavonas con las vías endocrinas.(3)

De hecho, la seguridad y los beneficios para la salud de la soja y sus isoflavonas se han investigado rigurosamente durante más de 25 años. En tan solo los últimos 5 años, rigurosos metaanálisis de estudios EN HUMANOS han confirmado que el consumo de soja aporta beneficios en cuanto a: 

Salud cardiovascular

-Reduce el colesterol LDL y los triglicéridos. (4)

-Disminuye la presión arterial. (5)

-Mejora la función endotelial y la elasticidad arterial. (6)

-Puede ayudar a reducir la inflamación (medida por proteína C reactiva). (7)

-Puede reducir el riesgo de enfermedades coronarias. (8)

Salud ósea

-Las isoflavonas pueden ralentizar la pérdida ósea y mejorar la densidad de la masa ósea de los huesos, especialmente en mujeres con osteopenia (este resultado se confirmó en 2024 mediante una revisión paraguas exhaustiva de metanálisis de ensayos controlados aleatorizados, el nivel de evidencia científica más alto posible). (9)

Prevención del cáncer

-Puede reducir el riesgo de cáncer de mama. (10)

-En pacientes con cáncer de mama, puede mejorar el pronóstico. (11)

-Puede reducir el riesgo de cáncer de próstata y ralentizar el aumento del antígeno prostático (PSA). (12)

Salud mental

-Puede aliviar los síntomas depresivos, especialmente en mujeres en la menopausia. (13)

Función renal

-En personas con enfermedad renal, puede mejorar los marcadores como la creatinina y el fósforo en sangre, y reducir la inflamación y la proteinuria. (14)

-Puede mejorar la nefropatía diabética gracias a la reducción de la proteinuria, el nitrógeno ureico en sangre, la inflamación, la dislipemia y la glucemia. (15)

Fertilidad y hormonas

-No afecta negativamente a la fertilidad en las mujeres, e incluso puede tener un efecto beneficioso. (16)

-No disminuye la testosterona ni aumenta el estrógeno en los hombres, independientemente de la dosis y la duración del estudio. (17)

-En contra de la creencia popular, incluso entre los profesionales de la salud, los estudios han concluido que ni los alimentos a base de soja ni las isoflavonas justifican su clasificación como disruptores endocrinos. (18)

soja

Figura 1. Los beneficios de la soja y sus isoflavonas según la evidencia científica más reciente. LDL: lipoproteína de baja densidad (conocida como colesterol «malo»), TG: triglicéridos, PA: presión arterial, ECV: enfermedad cardiovascular.

Pero, en principio hemos dicho que las isoflavonas se parecen estructuralmente al estrógeno y pueden unirse a sus receptores.. ¿eso significa que realmente actúan como una hormona en el cuerpo humano? En enero de 2025, la revista Advances in Nutrition publicó un estudio que investiga a fondo si las isoflavonas de soja tienen una acción hormonal estrogénica en condiciones reales. (19) Se trata de una revisión sistemática y metaanálisis de ensayos controlados aleatorizados en humanos, el nivel de evidencia científica más alto disponible. Los autores analizaron 40 ensayos clínicos que incluían un total de 3285 mujeres que, durante al menos tres meses, recibieron una media de 75 mg diarios de isoflavonas de soja, en forma de cápsulas o alimentos.

El análisis se centró en cuatro indicadores clave de estrogenicidad: el grosor endometrial, el índice de maduración vaginal, los niveles de la hormona folículo estimulante (FSH) y los niveles circulantes de estradiol. Estos marcadores se seleccionaron por su estrecha relación con los efectos del estrógeno en el cuerpo humano. Los resultados revelaron que el consumo de isoflavonas no generó cambios significativos en ninguno de los parámetros de estrogenicidad (Figura 2). Específicamente, no se observaron aumentos en el grosor del endometrio ni en los niveles de estradiol, ni disminuciones en FSH, como cabría esperar si las isoflavonas actuaran como el estrógeno humano. Incluso cuando se realizaron análisis de sensibilidad y subgrupos para examinar factores como la edad, la duración del estudio, la dosis administrada o el tipo de intervención, los resultados se mantuvieron consistentes. Estos resultados respaldan la hipótesis de que las isoflavonas de soja no tienen una acción estrogénica clásica, sino que más bien actúan como moduladores selectivos de los receptores de estrógeno (SERMs), con efectos diferenciados según el tejido. Por tanto, aunque las isoflavonas pueden aliviar los síntomas de la menopausia o mejorar la salud ósea, no deberían considerarse equivalentes a la terapia de reemplazo hormonal ni temerse por su potencial efecto cancerígeno.

Figura 1

Figura 2. Gráfico resumen del efecto de las isoflavonas de soja sobre los marcadores de actividad estrogénica en mujeres posmenopáusicas. Los datos muestran las diferencias medias ponderadas (con intervalos de confianza del 95%) calculadas mediante un modelo de metaanálisis de efectos aleatorios, utilizando el método de varianza inversa genérica. Para que todos los resultados pudieran representarse en el mismo eje, las diferencias medias se transformaron en diferencias medias estandarizadas (SMD, por sus siglas en inglés). Los intervalos de confianza del 95% para estas SMD transformadas se derivaron directamente a partir de los datos originales. Los efectos totales de las isoflavonas de soja se representan con diamantes. Los efectos de cada fuente específica de isoflavonas se muestran con cuadrados. La línea vertical del 0 indica la ausencia de efecto, por lo que si el intervalo de confianza la cruza, el resultado no es estadísticamente significativo; solo se considera significativo si el intervalo no la toca.

Mensaje clave: La soja es una excelente fuente de proteína vegetal de alta calidad, muy versátil, económica y con bajo impacto ambiental. Sin embargo, su consumo es muy bajo en los países occidentales, en parte por el temor a sus supuestos efectos hormonales, como evidencia la reciente actuación de la agencia francesa. La evidencia científica más reciente contribuye a desmontar esos mitos, y, lejos de justificar restricciones, respalda que el consumo de soja de 1-3 veces al día, ya sea en forma de tofu, tempeh, edamame o bebida de soja, es seguro y forma parte de una dieta saludable y equilibrada.

Referencias:

  1. Anses. (2025). Éviter les isoflavones dans les menus des restaurations collectives. https://www.anses.fr/fr/content/eviter-les-isoflavones-dans-les-menus-des-restaurations-collectives
  2. Setchell KD, Brown NM, Zhao X, Lindley SL, Heubi JE, King EC, Messina MJ. Soy isoflavone phase II metabolism differs between rodents and humans: implications for the effect on breast cancer risk. Am J Clin Nutr. 2011 Nov;94(5):1284-94. doi: 10.3945/ajcn.111.019638. 
  3. EFSA Panel on Food Additives and Nutrient Sources added to Food (ANS). (2015). Risk assessment for peri‐and post‐menopausal women taking food supplements containing isolated isoflavones. EFSA Journal, 13(10), 4246.
  4. Barańska A, Błaszczuk A, Kanadys W, Baczewska B, Jędrych M, Wawryk-Gawda E, Polz-Dacewicz M. Effects of Soy Protein Containing of Isoflavones and Isoflavones Extract on Plasma Lipid Profile in Postmenopausal Women as a Potential Prevention Factor in Cardiovascular Diseases: Systematic Review and Meta-Analysis of Randomized Controlled Trials. Nutrients. 2021 Jul 24;13(8):2531. doi: 10.3390/nu13082531. 
  5. Lei L, Hui S, Chen Y, Yan H, Yang J, Tong S. Effect of soy isoflavone supplementation on blood pressure: a meta-analysis of randomized controlled trials. Nutr J. 2024 Mar 7;23(1):32. doi: 10.1186/s12937-024-00932-6.
  6. Man B, Cui C, Zhang X, Sugiyama D, Barinas-Mitchell E, Sekikawa A. The effect of soy isoflavones on arterial stiffness: a systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials. Eur J Nutr. 2021 Mar;60(2):603-614. doi: 10.1007/s00394-020-02300-6. 
  7. Asbaghi O, Yaghubi E, Nazarian B, Kelishadi MR, Khadem H, Moodi V, Naeini F, Ghaedi E. The effects of soy supplementation on inflammatory biomarkers: A systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials. Cytokine. 2020 Dec;136:155282. doi: 10.1016/j.cyto.2020.155282. 
  8. Naghshi S, Tutunchi H, Yousefi M, Naeini F, Mobarak S, Asadi M, Sadeghi O. Soy isoflavone intake and risk of cardiovascular disease in adults: A systematic review and dose-response meta-analysis of prospective cohort studies. Crit Rev Food Sci Nutr. 2024 Jun;64(18):6087-6101. doi: 10.1080/10408398.2022.2163372.
  9. Zhuge L, Chen L, Pan W. Effects of Isoflavone Interventions on Bone Metabolism in Perimenopausal and Postmenopausal Women: An Umbrella Review of Meta-Analyses of Randomized Controlled Trials. Endocr Pract. 2025 Feb;31(2):226-235. doi: 10.1016/j.eprac.2024.08.009.
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