Los riesgos para la salud que conlleva la producción y el consumo de carne, especialmente la carne roja y procesada, son ampliamente reconocidos. El síndrome metabólico, la diabetes, las cardiopatías coronarias, los accidentes cerebrovasculares, el cáncer colorrectal y la mortalidad por cualquier causa son algunas de las consecuencias asociadas sistemáticamente al consumo de carne. Sin embargo, algunos titulares de la prensa han sugerido que eliminar la carne de la dieta podría aumentar el riesgo de depresión. Un nuevo metaanálisis publicado en febrero 2025 en Nature ha examinado de manera rigurosa los estudios disponibles para aportar claridad a este debate.
El estudio se llevó a cabo en la Universidad de Granada en España. El equipo de investigadores realizó una revisión sistemática y un metaanálisis siguiendo las directrices PRISMA. Se analizaron datos de 20 estudios longitudinales con un total de 64 992 participantes, que se dividieron en dos grupos según su exposición: dieta sin carne (vegetarianismo y veganismo) y dieta baja en carne (flexitariana). Se evaluó la incidencia de la depresión mediante diagnósticos clínicos, registros médicos y escalas validadas.
El metaanálisis confirmó que las personas que siguen una dieta sin carne presentan un menor riesgo de desarrollar depresión en comparación con aquellas que consumen carne con regularidad. Al dividir los resultados por tipo de dieta, se observó que:
–Dieta sin carne: reducción del riesgo de depresión en un 26%, consistente entre estudios y poblaciones.
–Dieta flexitariana (bajo consumo de carne): la asociación es menos consistente, la reducción del riesgo de depresión es de un 10%.
Estos resultados fueron especialmente robustos en estudios de alta calidad metodológica, lo que sugiere que el efecto protector de la dieta sin carne no es producto del azar o sesgos metodológicos.

Figura 1. Diagrama de bosque del riesgo de depresión, estratificado por tipo de dieta (sin carne o con poca carne). La línea horizontal representa la longitud del intervalo de confianza, y el valor puntual (estimador) se representa como un pequeño punto negro dentro del intervalo. El tamaño del cuadrado de cada estudio (sombreado gris) representa el peso de cada estudio en el metanálisis. Los valores agrupados para cada grupo (y para el metanálisis total) se muestran como un rombo azul. Si el intervalo de confianza cruza la línea vertical roja (HR = 1), el resultado no es estadísticamente significativo, lo que significa que no se puede afirmar con certeza que la dieta influya en el riesgo de depresión. Si el intervalo está completamente por debajo de 1, el estudio sugiere que la dieta reduce el riesgo de depresión. Si está por encima de 1, indicaría un mayor riesgo de depresión en quienes siguen esa dieta.
Eliminar el consumo de carne podría ser beneficioso para la salud mental, posiblemente debido a:
–Mejor calidad nutricional y efecto antinflamatorio: Las dietas sin carne suelen ser ricas en antioxidantes, fibra, polifenoles y grasas saludables, elementos que pueden reducir la inflamación y el estrés oxidativo, factores asociados con la depresión. Por el contrario, la carne roja y procesada está asociada a la producción de inflamación sistémica.
–Modulación del microbiota intestinal: Las dietas vegetales modifican significativamente la composición del microbioma, lo que puede influir positivamente en la salud mental a través del eje intestino-cerebro. Se ha demostrado que una alimentación rica en fibra y vegetales promueve la diversidad de especies bacterianas beneficiosas para la salud, mientras que la carne favorece la proliferación de bacterias patógenas.
–Producción de metabolitos beneficiosos: La fermentación de fibras vegetales por parte del microbiota intestinal produce ácidos grasos de cadena corta y otros metabolitos que ejercen efectos positivos en el sistema nervioso central. Estos compuestos mejoran la integridad de la barrera hematoencefálica y pueden modular directamente la función cerebral, afectando positivamente el estado de ánimo.
–Factores psicosociales: La adopción de una dieta vegetal puede estar relacionada con una mayor consciencia sobre la salud, una mayor cohesión social y valores éticos que refuerzan el bienestar psicológico.
Mensaje clave: Las dietas sin carne no solo tienen beneficios bien documentados para la salud física, sino que también podrían desempeñar un papel importante en la prevención de la depresión. Este metaanálisis refuerza la idea de que una alimentación vegetal bien planificada, rica en nutrientes antiinflamatorios, antioxidantes y promotora de un microbioma intestinal saludable, puede ser una estrategia eficaz para mejorar el bienestar mental.