La dieta mediterránea es considerada como una de las más saludables del mundo, pero ¿qué la hace realmente beneficiosa? Si analizamos cómo se mide la adherencia a esta dieta en estudios científicos, encontramos un patrón claro: se otorgan puntos positivos por consumir frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos y aceite de oliva, y se restan por consumir carnes, carnes procesadas y alimentos ultraprocesados. Por ejemplo, con el cuestionario de adherencia a la dieta mediterránea del estudio PREDIMED, el más reconocido en este campo, una persona podría eliminar por completo los lácteos, la carne y los huevos de su alimentación y aun así alcanzar la puntuación máxima de adherencia a este patrón alimentario. Hasta ahora, pocos estudios han comparado directamente una dieta mediterránea típica con una versión 100% vegetal para determinar qué componentes son los responsables de sus efectos saludables. Los autores de un pequeño ensayo clínico OMNIVEG analizaron cómo el cambio de una dieta mediterránea tradicional a su versión vegana afecta a la salud metabólica y cardiovascular de jóvenes españoles físicamente activos.
El estudio se realizó como un ensayo cruzado controlado entre junio y agosto de 2023 en Madrid. Participaron 14 hombres con una edad media de 25 años, que eran físicamente activos y tenían un índice de masa corporal saludable.
El estudio comenzó con tres semanas de dieta mediterránea típica, con una ingesta abundante de alimentos vegetales integrales, un consumo moderado a bajo de pescado, aves de corral, productos lácteos bajos en grasa y huevos, y un consumo muy bajo de carnes rojas y procesadas, y sin dulces. A continuación, hubo un periodo de lavado de siete días sin intervención dietética. Después, los participantes siguieron una dieta mediterránea vegana durante cuatro semanas, eliminando todos los productos animales, pero manteniendo el mismo aporte calórico y balance de macronutrientes (Figura 1). Al día siguiente del periodo de referencia de la dieta mediterránea tradicional y de la versión vegana, los participantes se sometieron a una batería de mediciones para evaluar su estado cardiorrespiratorio, su salud cardiometabólica y su estado inmunitario. Se tomaron las medidas antropométricas y se midieron parámetros de salud como el consumo máximo de oxígeno (VO₂ max), el perfil lipídico, la presión arterial y los marcadores inflamatorios.

Figura 1. Diseño experimental del estudio (A), evaluación obtenida en cada día de medición (B) y alimentos incluidos en las versiones tradicional y 100% vegetal de las dietas mediterráneas del estudio.
Los resultados del estudio mostraron que el cambio a una dieta mediterránea 100% vegetal aporta beneficios superiores para la salud (Figura 2):
–Mejoras en el perfil lipídico: Después de cuatro semanas con la dieta mediterránea vegetal, los participantes presentaron reducciones significativas en los niveles de colesterol total (-22.6 mg/dL) y LDL (-12.8 mg/dL) en comparación con la dieta tradicional. (Figura 3)
–Reducción de la presión arterial: La presión arterial sistólica disminuyó 7.3 mmHg y la diastólica, 4.9 mmHg. (Figura 3)
–No hubo cambios en la composición corporal ni en la capacidad cardiorrespiratoria: A pesar de la modificación en la dieta, los participantes no experimentaron cambios significativos en su peso, porcentaje de grasa corporal ni masa muscular. Además, el consumo máximo de oxígeno (VO₂ max) se mantuvo estable, lo que sugiere que la dieta 100% vegetal no afectó negativamente el rendimiento aeróbico.
–Mejora en la respuesta inflamatoria: Se observó una reducción significativa en la relación neutrófilo-linfocito, un marcador de inflamación sistémica, lo que sugiere un potencial efecto antiinflamatorio de la dieta mediterránea vegetal. (Figura 4)

Figura 2.

Figura 3. Variables de salud cardiometabólica tras el periodo basal con la dieta mediterránea tradicional y tras el periodo con la versión 100% vegetal de la dieta mediterránea. Los datos se presentan como media (desviación estándar).

Figura 4. Variables del estado inmunitario tras el periodo de referencia con la dieta mediterránea tradicional y tras el periodo con la versión vegana de la dieta mediterránea. Los datos se presentan como media (desviación estándar). NLR=Relación neutrófilos/linfocitos, MHR=Relación monocitos/HDL
El estudio se realizó solo en hombres jóvenes y saludables, con una muestra pequeña y un periodo corto, lo que limita la generalización de los resultados y requiere estudios más amplios y prolongados. Sin embargo, los resultados son significativos y refuerzan la idea de que una dieta mediterránea basada exclusivamente en alimentos de origen vegetal ofrece beneficios adicionales en comparación con la versión tradicional, especialmente en términos de mejoras del perfil lipídico y regulación de la presión arterial, sin comprometer el rendimiento físico ni la composición corporal.
Mensaje clave: Estamos acostumbrados a recomendar la dieta mediterránea como un patrón de alimentación más saludable, pero pocas veces nos paramos a cuestionar qué es lo que la hace realmente beneficiosa. Si analizamos la evidencia científica, veremos que sus efectos positivos provienen principalmente de los alimentos de origen vegetal en su versión mínimamente procesada. Por lo tanto, en lugar de promover indiscriminadamente la versión tradicional, es más acertado recomendar directamente una dieta mediterránea 100% vegetal, maximizando así sus beneficios para la salud.